martes, 27 de agosto de 2013

Cuento policial [Cuento. Texto completo.]

Rumbo a la tienda donde trabajaba como vendedor, un joven pasaba todos los días por delante de una casa en cuyo balcón una mujer bellísima leía un libro. La mujer jamás le dedicó una mirada. Cierta vez el joven oyó en la tienda a dos clientes que hablaban de aquella mujer. Decían que vivía sola, que era muy rica y que guardaba grandes sumas de dinero en su casa, aparte de las joyas y de la platería. Una noche el joven, armado de ganzúa y de una linterna sorda, se introdujo sigilosamente en la casa de la mujer. La mujer despertó, empezó a gritar y el joven se vio en la penosa necesidad de matarla. Huyó sin haber podido robar ni un alfiler, pero con el consuelo de que la policía no descubriría al autor del crimen. A la mañana siguiente, al entrar en la tienda, la policía lo detuvo. Azorado por la increíble sagacidad policial, confesó todo. Después se enteraría de que la mujer llevaba un diario íntimo en el que había escrito que el joven vendedor de la tienda de la esquina, buen mozo y de ojos verdes, era su amante y que esa noche la visitaría.
 Marco Denevi




sábado, 17 de agosto de 2013

Vídeo sobre la vida de San Martín




Legado de San Martín

Hoy 17 de agosto se cumple un nuevo aniversario de la muerte del General San Martín, el Libertador de América. En Argentina se le reconoce como el “Padre de la Patria”. En Perú, se lo recuerda libertador de aquel país, con los títulos de “Fundador de la Libertad del Perú”, “Fundador de la República” y “Generalísimo de las Armas”. En Chile su ejército lo ha destacado con el grado de Capitán General. El Legado de San Martín comprende al “conductor”, al “libertador” y al “pensador”. Tres virtudes primordiales de la existencia, que conforman, a su vez, de manera indivisible, la personalidad moral del libertador americano. Los pensamientos, máximas y sentencias brotados de la pluma , bajo el imperio de circunstancias diversas, poseen la frescura de la espontaneidad y están asistidos de la dimensión que proporciona el conocimiento de la vida y la fragilidad del corazón humano. No fue un conquistador. No vivió para el fausto, ni escribió con vistas a la prosperidad. No fue hombre de academia, vivió en los campamentos. Abdicó por propia voluntad todas las preeminencias y se marchó al ostracismo para dejar a la voluntad de los pueblos la elección de sus gobiernos. Amó la tranquilidad y suspiró por la existencia sencilla y agreste. En Mendoza vivió en una chacra, en Chile y en Perú en una quinta, en Buenos Aires en los aledaños, en Francia en la paz de Grand-Bourg. Con Querencias en las soledades, San Martín, penetró en la inmortalidad. *Extraído del “Legado de San Martín” gentileza del Instituto Nacional Sanmartiniano.